viernes, 2 de marzo de 2012


Capítulo 14: Se me olvida olvidarte.

De repente escucho un pitido, es el móvil. Un nuevo SMS. Miro el reloj: las 6 de la tarde, bah seguro que será de alguna promoción nueva o algo. Pincho y veo: Marcos. No, ¿en serio? Que oportuno… ¿Qué querrá? Lo abro y leo:

Holaa Carlaa! :D ¿Qué tal? Verás… Quería saber si podíamos quedar esta tarde dentro de un ratito, podíamos dar una vuelta y bueno, es que quería decirte algo… Espero tu respuesta ;) Un beso!

Leo el mensaje tres veces y decido contestar:

Holaaaa! ^^ Pues por mi ok, dime hora y sitio y ahí estaré… Me tienes en ascuas, ¿Qué es eso que tienes que decirme? :P Dame una pista al menos no? Jajaja un besote (L)

Le doy a Enviar y me tumbo sobre la cama, ¿qué es eso de lo que tiene que hablarme Marcos? Y encima me pide que quedemos ahora en un rato, solos, no sé si podré aguantarlo, para esto del amor yo soy demasiado lanzada a veces y puede que diga/haga cualquier cosa que no deba. Me despierta de mis pensamientos el sonido de otro SMS. Lo abro y dice:

Parece que no me conoces, me encanta tenerte en ascuas :P ok, a ver, en una hora en el parque de esta mañana… Cuanto hace que no pasamos un ratito a solas eh? Ya lo echaba yo de menos… En el banco de siempre, va? Alli nos vemos, hasta ahora guapa! (K)

‘’En el banco de siempre’’, ‘’guapa’’, joder… Como me ha recordado este SMS a los de antes, a los que me enviaba cuando estábamos juntos, ¿qué querrá? A lo mejor es para decirme que aún no se ha olvidado de mí… No, no, eso no puede ser… Uf, ¿o sí? Dicen que la esperanza es lo último que se pierde pero de todas formas estamos lejos y si lo dejamos fue precisamente por eso, por la distancia… Pero de pronto y sin poder evitarlo me vienen a la mente infinidad de recuerdos, los besos, los abrazos… Y entonces llega una sensación muy extraña a mi interior, una especie de necesidad de tenerlo cerca, abrazarlo, de un beso, sí, es eso, necesito un beso suyo… Con un beso podré salir de dudas, solo necesito besarlo y analizar mi situación interior en ese momento y entonces podré saber si lo que siento por él es tan fuerte como antes o ha disminuido y si es así tal vez pueda olvidarlo…

Decido no contestarle al SMS y miro el reloj, ya son las 18:15, aún me quedan 45 minutos por lo que decido ponerme los cascos y a escuchar música. Suena ‘’Se me olvida olvidarte’’ de Despistaos:

‘’Estando tan cerca, te siento tan distante y rezo por que vuelvas aunque no sé a quién rezarle. Ya sé que no hay tregua aunque dude un instante al recordar tu lengua dibujar notas al margen.
He cambiado aquel punto y seguido por punto y aparte y aún así me he perdido, se me olvida olvidarte...’’

Y no sé por qué me siento identificada con esta canción, que oportuno es mi reproductor de música, siempre reproduce la canción adecuada al momento, y con una media sonrisa cierro los ojos y me concentro en cada uno de las notas que se escuchan por mis cascos.

domingo, 5 de febrero de 2012



Capítulo 13. Tengo que hacer desaparecer este sentimiento fantasma.

Me senté rápidamente en la mesa para comer, no prestaba atención a la tele, simplemente pensaba en ese rato en el parque, en Marcos, sí, sobretodo en él, no me podía sacar de la mente su sonrisa, su perfección, su abrazo… ¿Puede ser que aún siga enamorada de él? No, ya lo había olvidado, ahora era Damián el que me gustaba. Acabé de comer y me fui a mi cuarto, me tumbé en la cama, ni siquiera me puse a escuchar música, cogí mi cuaderno y empecé a escribir, es de esta forma como me desahogo, lo dejo todo plasmado en el papel y después cuando lo leo me siento totalmente identificada con lo que escribo, pero esta vez no estoy lo suficientemente inspirada, suelo escribir cuando estoy mal, pero es que realmente ahora no estoy mal, estoy feliz, los he visto, he estado con ellos, estoy en la ciudad, pero hay algo dentro de mí que me inquieta, hay algo que no me deja estar todo lo feliz que debiera y entonces es cuando decido cerrar el cuaderno, mi cuaderno de ‘’rayadas’’ y ponerme los cascos, creo que es así como realmente me voy a liberar de este sentimiento extraño que hay ahora dentro de mí. Suena ‘’when you’re gone’’ (‘’cuando te has ido’’) de Avril Lavigne, esta canción es la que escuchaba continuamente los primeros días en el pueblo, cuando no aguantaba que Marcos estuviese tan lejos. Inmediatamente se me vienen a la mente todos esos recuerdos de unos meses atrás, de cuando estábamos juntos, de los besos, de las confesiones, de las tardes en ese parque los dos solos, de las miradas cómplices en las clases y de repente sin que pueda evitarlo unas lágrimas caen por mis mejillas, lágrimas de añoranza, echo de menos esos ratos, lo echo de menos a él, intento pensar en Damián, aunque me haga daño pero al menos a él lo veo todos los días cuando esté en el pueblo pero no, Damián ha pasado a un segundo plano, es ahora cuando me doy cuenta de que sigo totalmente enamorada de Marcos, es  ahora cuando me doy cuenta de eso que dicen que el primer amor de la adolescencia no se olvida, él fue mi primer novio y por mucho que yo quiera eso no se olvida, he sentido algo muy fuerte por él y en solo unos meses no se puede olvidar, necesito tiempo, necesito alejarme de Marcos, dicen que la distancia produce el olvido pero ahora estoy aquí, en la ciudad, con él, no puedo evitarlo, tengo que fingir que no siento nada, tengo que fingir que somos dos amigos como otros cualquiera y después tengo que hacer desaparecer este sentimiento fantasma.

sábado, 4 de febrero de 2012


Capítulo 12. Por fin con ellos.

8:00 de la mañana. Sábado, ya estaba yo despierta y poniendo de los nervios a mis padres. No paraba de corretear de un lado a otro, estaba nerviosa y a la vez ponía nerviosos a los demás.
-¿A que nos quedamos en casa?- Decía mi padre refunfuñando.
- ¡No, papá! Pero entiéndeme, he quedado con ellos a las 12, y al final no llegamos con hora.
- De verdad, esta niña no hace nada más que planear, ni si quiera hemos salido de casa y ya ha quedado con los amigos- Decía mi madre replicando como siempre.
Yo respondí con una sonrisa y fui a soltar las maletas al coche y para agilizar las cosas monté a María y a Lucas y les puse los cinturones y todo, Mario se sentó a su lado y yo detrás, en los asientos añadidos, sola. Mi padre de conductor y mi madre de acompañante. Me puse los auriculares y a escuchar música. Sonaba Auryn. Cartas entrelazadas. Una canción tras otra y finalmente me quedé dormida. No recuerdo nada más hasta que me despertó Mario pegándome voces:
-¡Vamos Carla, que ya estamos aquí! Tantas ganas de llegar y vas y te duermes…
Le eché una mirada asesina y le dije:
-Cállate tonto, que no he dormido esta noche nada.
Nos miramos los dos y nos reímos, en efecto ya estábamos en la ciudad, en mi ciudad, en mi calle… Uff, los ruidos de los coches, de la gente… Miré el reloj: Las 11:15… Vale, me daba tiempo a entrar y soltar las cosas. Nos encontramos al portero, el cual nos saludó afectuosamente y después con los vecinos. Estuvimos largo rato hablando con ellos… Ella es la típica mujer mayor que se pasa el rato sonriéndote y diciéndote lo guapa que estás y lo grande que te has hecho. 
Finalmente decidimos subir al piso. Estaba tal cual lo dejamos, con polvo por supuesto, pero nada más. Corrí a mi cuarto… ¡Cuántos recuerdos! Solté la maleta sobre la cama y me fui al cuarto de baño… ¡Qué pelos tenía! Me recogí dos trenzas, saqué la plancha y me alisé bien el flequillo y después me miré la ropa. Tenía la sudadera esa de muchos colores que tanto me gustaba, unos vaqueros largos y unas converses, vale, estaba perfecta. Miré el reloj; las 11:45. Sería mejor que me fuese yendo ya, no quería llegar tarde. Me despedí de mis padres y les prometí que no llegaría tarde, a la hora de comer debería de estar en el piso.
Cogí el bolso con el móvil y un monedero y a la calle… 
Salí por la puerta. Cuántos recuerdos me venían a la mente, hacía ya varios meses que no cruzaba esa puerta, que no estaba por esas calles, por esas avenidas, que no escuchaba el bullicio de la ciudad. Seguí hasta el parque en el que habíamos quedado. No estaban allí. Conociéndolos vendrían todos juntos y tarde, ellos eran así. Me senté en un banco a observar a los jubilados echando de comer a las palomas y de repente me sumergí en un profundo pensamiento del que desperté con las voces de ellos, sí, de mis amigos. Estaban allí todos juntos, tal y como los vi la última vez, me levanté corriendo y los abracé a todos, uno por uno, sonreía y ellos también, di besos, muchos besos, y ellos me hacían preguntas. Nos sentamos en el banco y les conté que tal me iba, cómo era el pueblo, mis amigos, el instituto… Aunque eso sí, me di cuenta que los amigos del pueblo no eran los de la ciudad, estos eran mejores, no en calidad, sino en experiencia, me conocían como a nadie y es que llevábamos toda la vida juntos. De verdad, incluso algunas lágrimas cayeron por mi mejilla, pero de pura alegría, nada más, estaba feliz de poder estar con ellos otra vez, aunque solo fuese por unos días. Cuando miré el reloj eran las 14.00. ¿Ya? Se me había pasado el tiempo volando, pero ya tenía que volver, me despedí y quedamos para salir por la tarde. Llegué a casa y mis padres ni siquiera preguntaron, en mi cara se veía toda la felicidad que sentía en esos momentos.

jueves, 5 de enero de 2012


Capítulo 11. Mañana.

-Pues la sorpresita es que nos iremos todo el puente a la ciudad, para que puedas estar con tus amigos de allí, seguro que los echas de menos…
-¡¿¿QUÉ??! ¿En serio? No me lo puedo creer mamá…
Y corrí a abrazarla…

Sí, solo me iba 4 días, 4 espléndidos días a la ciudad, que se pasarían volando pero no os imagináis la ilusión que me hace. Ya había avisado a todos mis amigos: Claudia, Xisca, Bianca, Dana, Marcos, Miguel, etc. Estaban encantados con la idea de tenerme de nuevo por esas tierras, decían que me iban a preparar una fiesta de bienvenida, en fin… ¡Qué ganas de que fuera sábado! Hasta el martes por la noche no estaría de nuevo en el pueblo… Seguro que me lo pasaría genial, iríamos al cine, de compras, ¡guay! El viernes a las 5 de la tarde ya tenía las maletas hechas. Me conecté al tuenti y estuve 4 horas hablando por cam con Xisca, que loca que está,  eso sí no puedo parar de reír cada vez que hablo con ella. Me contó todas las novedades de por allí, las suyas y las de los demás, me puso al día para que no me quedara con cara de boba cuando llegara allí y viera todo lo que habían cambiado las cosas desde que me fui. Xisca ahora era novia de Miguel, siempre estaban de pelea, sabía que algún día sería pareja, Marcos estaba empezando una especie de relación con Marta, una antigua conocida y los demás más o menos seguían igual, algunas rupturas con posteriores reconciliaciones, pero vamos nada raro… Después, cuando nos despedimos abrí twitter, tenía ganas de hablar con alguien y sí, Barbi estaba conectada… Estuvimos largo rato hablando, le conté todas las novedades y me estuvo dando consejos, después como siempre empezamos con las tonterías y así estuvimos hasta las 23:00.
Me fui a duchar, y sí, sé que no es bueno pero estuve hasta las 00:00 metida en la ducha, me apetecía estar sola bastante rato. Cuando salí mis padres ya se habían acostado por lo que me fui a dormir. Mañana es el día, mañana por fin podré verlos, y es que no sé por qué pero a quien más ganas tengo de abrazar es a Marcos, parezco tonta sí, no es que me guste pero no sé, bueno o sí sé, ¿me gusta? Realmente ni lo sé, pero estoy tan feliz que ni si quiera me preocupa. Quiero que llegue mañana y punto.

lunes, 26 de diciembre de 2011


Capítulo 10. Pues la sorpresita es que…

Miércoles. Quizás el mejor día de la semana después del sábado, claro. Clases relajadas, pero hoy tocaba solucionar el problema. Sí, intentar arreglar esa gran cagada de la noche anterior. Aún tenía dentro de mí ese sentimiento de culpa. No iba a ser fácil hablar con Juan, además esto de hablar en persona estas cosas no se me da bien. Nunca había estado en esta situación, realmente, nunca la había cagado tantas veces como ahora. De todas formas, espero que sea verdad eso de que de los errores se aprende, porque si no la llevo clara… Hoy me recogía Noe, no teníamos mucha conversación por lo que la mayor parte del camino estuvimos calladas. Llegamos, allí estaban todas. Nos saludamos como siempre, un beso a cada una y empezamos con las tonterías. Miré a mi derecha y allí estaba, sí, es el que estáis pensando: Juan… Me miró y giró la cabeza para otro lado… Era normal. A primera hora; Biología… Vale, una clase tranquila, Matías empezaría a explicar como siempre, a su bola. Nunca nadie le presta atención. Me senté al lado de Anabel, no pertenece a mi grupo de amigas, pero me llevo genial con ella, empezó con el cachondeo pero la verdad es que cada vez que miraba a Juan se me quitaban las ganas de seguir con las tonterías, ella se dio cuenta por lo que me obligó a que se lo contara todo. Me dijo:
-Tía te pasaste tres pueblos, es normal que esté cabreado…
-Ya lo sé, no me hagas sentir más culpable…
-Venga vamos, no seas tonta, verás como al final se arregla todo
-No creo... puf
-Que sí, loca que de aquí a dos días se le ha olvidado…
-Eso espero…
Me sonrió y me abrazó… Siempre está para ayudarme, siempre.
De repente y por primera vez en todo el curso el de Biología se enfadó. Hoy por desgracia se ha dado cuenta de que nadie le presta atención, nos ha salido caro. Un trabajo sobre la meiosis y la mitosis para el viernes y 15 ejercicios. Genial. Como ahora tenía tanto tiempo… Las siguientes horas me las salto, nada de interés. Hasta el recreo. Es entonces cuando decidí que ya era hora de hablar con Juan. Fui hasta donde estaba y le dije que solo serían unos minutos, no quería, pero finalmente lo convencí:
-Juan, de verdad que lo siento, me pasé, soy idiota, estaba cabreada y lo pagué contigo.
-Bah, es igual, lo que importa es que lo dijiste y punto.
-Sí, lo dije pero no es lo que pienso…
-Ah ¿no? ¿Y entonces qué piensas?
-Pienso que fue una noche diferente, que estuvo bien, pero es que tú y yo no estamos hechos para ser pareja…
- Ya, claro, excusas… Que sí, que ya lo dejaste bastante claro anoche…
-Que no Juan, que no en serio, que no es eso…
-Carla, déjalo… Ya no valen excusas…
-¡Que no son…!
Se fue, sí se fue… Joder, no hay forma, no tenía arreglo, pero la verdad es que llevaba razón… ¿Con qué derecho le reclamaba yo nada?
De pronto vino Anabel y me preguntó qué tal, se lo dije y me hizo una mueca con la boca, eso sí, me volvió a asegurar que se arreglaría…
Es que no sé, Juan no era cualquier amigo, él era un amigo de los de verdad, siempre había estado para ayudarme, siempre… Pero bueno, los amigos van y vienen… Espero que él no se vaya para siempre…
15.00 Cada uno para su casa… Hoy sí me recogía Mario, disfruto cada vez que lo veo llegar… Todas las chicas se quedan embobadas, es que es tan guapo, puedo presumir de hermano ja ja ja. Llegamos a casa y me dijo:
-Hay una sorpresita para ti….
¿Qué sería? Ya me estaba poniendo nerviosa… Entré corriendo a la cocina y allí estaba mi madre sentada con una enorme sonrisa:
-Carla, hemos pensado en una sorpresita que creemos que te va a venir bien, últimamente te notamos un poco apagadilla…
¿Pero como lo hacía mi madre? Siempre se daba cuenta de todo…
-¿Y? Mamá, no me dejes con la intriga, ¿qué sorpresa es?
No tenía ni idea de lo que podía ser… Y mi madre como es tan intrigante me tuvo un rato en vilo.
-Pues la sorpresita es que…

sábado, 17 de diciembre de 2011


Capítulo 9. Confusiones.

Fue una noche bonita, diferente, atrevida. Pero nada más. Eso por mi parte, sin embargo por la suya fue algo más. Sí, algo así como lo que pasó con Damián y conmigo. Ahora yo era la ‘mala’. Ahora ya lo entendía a él. Se lo dije una vez, y otra y otra. No quería nada más. Fue un rato, sólo un rato. No quería que tuviera tanta transcendencia. Pero él estaba empeñado en que me quería, en que había sido muy bonito y que nos queríamos. Si yo a él lo quiero, no lo niego. Pero es un cariño amistoso, no estamos hechos para ser pareja. No. Él está empeñado en que sí. Me agobia. Siempre está a mi alrededor recordándome esa noche, esa maldita noche. Ya estaba empezando a arrepentirme de mis actos otra vez. ¿También la había cagado por besarlo? ¿Es que siempre la tengo que liar? No pienso, yo sabía que le gustaba. Ahora dice que juego con sus sentimientos, pero no, esa no era mi intención. Vamos, que siempre tengo que hacer algo mal. Siempre tiene que haber confusiones. Juan, solo eres mi amigo… Esa era la frase que protagonizaba todas mis conversaciones con él. Pero no conseguía que él la entendiera. Amigos, solo amigos. Siempre de buena gana. Pero esta vez me pilló cabreada, harta. Y sí, la pagué con él. Fui muy borde. Le dije que nunca estaría con él, que lo utilicé para divertirme un rato y que esa noche no había significado absolutamente nada para mí. Espera. Un momento. Sí, le había dado a enviar. Ahora sí que la había cagado… ¿Pero cómo podía ser tan gilipollas? Era mi amigo… ¿Qué le había dicho? Lo volví a leer y me tragué cada letra duplicada. ¡No, no no! Había sido demasiado dura. Sé lo que es estar enamorada y ahora mismo lo había destrozado. Intenté arreglarlo pero ya era tarde. Se desconectó. Normal. Pensé en enviarle un SMS, pero es que no tenía sentido, ya lo había dicho, sin pensar, sin saber. La había cagado y solo podía arreglarlo en persona, aunque no creo que quisiera hablar conmigo… Me fui a la cama y empecé a golpear la almohada. ¿Por qué? Juan siempre se había portado genial conmigo, había estado a mi lado siempre que lo necesitaba, me había sacado un montón de sonrisas y ahora se lo pagaba así. Doy pena, de verdad… No me merezco su cariño, no… Ana me llamó para mantener nuestras conversaciones diarias nocturnas pero no tenía ganas. Le colgué el teléfono. Tal vez la hubiese cagado ahora también con esto, pero ya me daba igual. Yo había nacido para equivocarme en todo lo que me propusiera hacer, no tenía solución. Yo era como un problema de mates imposible de resolver, al que finalmente dejas apartado y olvidado. Esa era yo, no quería pensarlo pero es que tengo el don de hacer las cosas mal. Soy una desagradecida. ¡Agg! ¿Por qué no pienso un poquito antes de hablar? Finalmente me quedé dormida. Harta de ser yo misma. Confusiones y más confusiones que siempre acaban en errores, en grandes errores.

miércoles, 14 de diciembre de 2011


Capítulo 8. Una noche diferente.

La música estaba a todo volumen y empezamos a bailar y a bailar como locas.  Cada vez llegaba más gente, gente a la que solo conocía de vista, pero molaba. Cuanta más gente menos atención te prestan. Había alcohol por lo que al poco tiempo estábamos todos muy contentos. La verdad, es que a mí el alcohol no es algo que me guste mucho, prefiero la Coca-Cola pero por una noche no pasaría nada. Ana se marchó con su novio, igual que hicieron todas. Yo me quedé sola bailando y me empezaba a aburrir. ¿Por qué no podía yo tener también novio? De repente se me acercó Juan. Estuvimos un rato bailando y hablando. Los dos estábamos con el puntillo por lo que por cualquier tontería nos tronchábamos de risa. A veces nos acercábamos demasiado, hubo un momento en el que estuvo a punto de besarme, pero entonces decidí ir al servicio.

-Carla: Juan, ¿dónde está el cuarto de baño?

-Juan: Al fondo a la derecha.

Me eché un poco de agua en la cara para despejarme y luego me volví a pintar los ojos. Me quedé pensativa y salí con mucha energía. Me planté delante de Juan y lo besé. Esta era mi noche, no iba a desperdiciar mi oportunidad. Así estuvimos un rato de tontería, entre beso y beso hasta que me cogió de la mano y subimos las escaleras. Me llevó a su cuarto. Ahora estábamos los dos solos. Nos tumbamos en la cama y seguimos. Besos y más besos. De repente él empezó a querer más y más. Quería quitarme la falda. Pero no, ya no cedería tanto por lo que negué con la cabeza. De repente me sonó el móvil. Era Noe, quería saber donde estaba, que ya se iban. Miré el reloj, eran las 3. Por lo que le dije que me esperaran en la puerta que ya salía. Me despedí de Juan con un beso y me fui. Allí estaban ellas y de repente me llegó el interrogatorio. Se lo resumí en un: Me he liado con Juan, pero no hemos llegado a más.
Empezaron a gritar, a reír y a abrazarme.


Noe: ¿En serio? ¡Qué fuerte!

Paloma: Hacéis buena pareja…

Cris: ¿Bueno y qué? ¿Sois novios o no?

Carla: Por dios, no me agobiéis jajaja No, no somos novios, ni lo seremos, solo amigos, solo ha sido un rato, besos y ya está…

Yo sonreía aunque no dejaba de pensar en lo que había pasado. Y sí, mi presentimiento se había cumplido. Esta había sido una noche diferente, genial. Tal vez me ayudara a olvidarme de Damián, pero no, eso no podría ser. Serían demasiados olvidos en poco tiempo. Primero olvidarme de Marcos, después de Damián… No, la distancia y el tiempo consiguieron olvidar a Marcos con ayuda de Damián, pero el clavo de Damián es muy difícil de sacar, Juan no es suficiente.