viernes, 9 de diciembre de 2011


Capítulo 5. Cuando las cosas se tuercen.

Todo iba bien. Mi relación con Damián seguía igual. Ni adelante ni atrás. Dos amigos que se quieren pero que al final ninguno de los dos se atreven a dar el paso. Quizás el miedo al compromiso. Quizás el miedo a fallar. Quizás la inseguridad. Quién sabe. Lo que sí sé es que cada día que pasa me gusta más y más. A Marcos ya casi lo tengo olvidado. Es pasado, mi ex. Nada más. Pero como siempre, las cosas se tuercen. Llega esa época en la que todo sale mal. TODO. En la que todos los problemas vienen de golpe a acabar contigo. Mi padre apenas está en casa con el trabajo y cuando viene se las pasa discutiendo con mi madre. Ayer fue la peor pelea que jamás había visto entre ellos. No paraban de gritarse. Mario intentó mejorar el ambiente pero fue imposible. Las voces terminaron con el portazo de mi padre al salir de casa. Desde entonces no ha vuelto. Mi madre se encerró en su cuarto y desde fuera se la escuchaba sollozar. Mario estaba muy cabreado. No me quise ni acercar a él, por lo que me llevé a Lucas y a María a mi cuarto. Estaban asustados, sabían lo que había sucedido y no les gustaba… Cuando llegamos a mi habitación María me dijo algo que hasta yo había llegado a pensar:
María: Carla, ¿papá y mamá se van a divorciar?
Carla: No cariño, estas peleas son normales entre enamorados…
María: Pero es que papá se ha ido de casa. Yo quiero que esté aquí, con nosotros…
Carla: Ya, María, mañana volverá, esto es un berrinche como los de Lucas que finalmente se solucionan…
María: Eso espero, que yo no quiero que se separen…
Carla: No lo harán.
Le sonreí y le di un beso en la frente… No me gustaba que mi hermana pensara estas cosas, pero era normal…
Finalmente los acosté y los acurruqué en la cama hasta que se durmieron y posteriormente lo hice yo. Esto no me gustaba ni un pelo.
A eso de las 7:00 me sonó el despertador. Lo programé antes porque sabía que me iba a tocar arreglar a mis hermanos. Mi madre no estaría con ánimos de levantarse por lo que me acerqué a su cuarto y le dije que no era necesario, que yo me encargaría de todo. Preparé mi desayuno y el de mis hermanos. Me fui al cuarto de baño a peinarme y después fui a mi habitación a despertarlos y a vestirlos. Fueron obedientes y desayunaron rápidos. Los dejé preparados, Mario se encargaría de llevarlos al colegio. Me recogió Paloma y nos fuimos para el instituto. Tenía la mente en otro lugar, no sabía lo que ocurría a mi alrededor y así me pasé el resto del día. A las 15.00 de vuelta a casa. No había venido Mario, qué raro. Estuve esperando unos 5 minutos y al ver que no llegaba me decidí a volver andando. Abrí la puerta y entré. Papá estaba en casa. Corrí y lo abracé, pero estaba serio, muy serio. Mi madre también y Mario, incluso mis hermanos pequeños. No entendía qué pasaba …
Carla: ¿Qué ocurre?
Mario: Nada…
Papá: No pasa nada, hija… Venga siéntate a comer…
Carla: Sí que pasa, Mario, ni siquiera has venido a recogerme…
Mario: Lo siento, no he podido…
Carla: Sí claro, aquí pasa algo y no me lo queréis contar, como siempre…

Acabé de comer, recogí la mesa y me fui a hacer los deberes. Tenía bastantes y la verdad es que me venía bien pasarme la tarde ocupada. Llegó la noche y ni siquiera me apetecía cenar. Me tomé un simple yogur y me fui a la ducha. Estaba mal, no me gustaba que mi familia estuviese así. No me gustaba esta situación. Joder… Las cosas habían cambiado muchísimo. Mi vida ya no era la de antes y no quería que todo cambiara. Me duché… Una ducha larga y reconfortante. Algunas lágrimas se perdieron en el agua que caía, finalmente salí pero aún había algo peor. La lucecita roja de la blackberry no paraba de parpadear. Un SMS. Era de Damián, me pedía que me conectara al tuenti que teníamos que hablar. Me puse el pijama rápidamente y me fui a mi cuarto con el portátil. Ahí estaba él conectado y comenzamos a hablar.
Carla: Holaa! ¿Qué pasa?
Damián: Hola, verás, ya no aguanto nuestra situación, estamos en el ‘’ni contigo ni sin ti’’ y la verdad es que yo necesito a una novia…
Carla: Ya, pero si quieres…
Damián: No, ya es tarde, lo siento, pero ya la tengo, con ella intentaré olvidarme de ti, la quiero…
Carla: ¿Ya? ¿Olvidarte de mí? Lo siento pero no me lo creo… No me has querido, pero genial, que te vaya bien…
Damián: De verdad que lo siento…
Mentira, todo era mentira… Ni siquiera le contesté, cerré tuenti y adiós. Él nunca me había querido ¿O sí? No lo sé…  Puff, siempre algo tiene que salir mal… Bueno, últimamente no es algo… Últimamente todo sale mal, no sé cuanto más voy a aguantar.
Me fui a la cama. No tenía ganas de nada. No quería empezar un nuevo día. Aunque la verdad es que no creo que pudiera ser peor que el de hoy.

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